domingo, 18 de abril de 2021

ADEMÁN

Caída en solitario 
Fabio La Fauci

Has de admitir el espacio, circunda, antes: las suposiciones, no todas las posibilidades. ¿Existe tanto? Derrotan, dicen errores, cuentan cosas invisibles. Habrás de levantar las alucinaciones con los ojos dispuestos al destrozo. Ahí están, ¿No es tanto?, ¿Es lo mismo? Admitirás a tu antojo la convergencia de lo predicho y las siluetas apenas amables de lo cotidiano. Parpadear, ir, volver acaso.

Empuña los ojos, sueña manos deshojadas, el viento de los párpados al cerrarse, las manos que ven la tierra dátil, la sonrisa de otoño verdadero, por fin, sin agonía. Quieto en esa erosión de briza y sombras y suspendidos, soplo que pierde el rumor si no es caricia, ojos de tierra y sudor: allá, la nube.

Salió del vuelo, cuesta canto, sin palabras, viento del mensaje allá, en sus ojos cerrados y despiertos, en su lunar de hadas y perfiles de horizontes, vuela, vale toda su culpa y su destino y el silencio que pueda quedarse, que alcanza a quedarse en sus gestos, anidado.

Este día será porque ha nacido, desde siempre en la esperanza que nutre la muerte, son las mismas alas que no dan abasto por más que, por más: imposible para todos: topo alado que se entierra y florece.

La víscera, su existencia es interrogante, no la amable conformación de su cuerpo primitivo, si no, el gesto de su estar, el ademán de su permanecer, su silencio difícil.

¿Dónde estás? Si siempre, ¿Dónde? Sin ahí del espacio, aquí no es tuyo, allá no es sin ti. Ahora no alcanza el ser para el ser no basta una cicatriz, habrá de complemento o una mordedura de animal, al menos, de silencio en cuando más tarde, pero abierta, viva, expuestas las razones coaguladas. De carácter público será, si callas. Si acometes al sonido sabrás la distancia que mide el verbo, aun cuando el susurro de párpados cerrándose, aun cuando los labios apenas entreabiertos.

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